TEMARIO

viernes, 16 de marzo de 2012

EFECTOS DE LA INFLACIÓN

Con la inflación el dinero pierde valor, perjudicando a unos colectivos y beneficiando a otros:

Los ahorradores y prestamistas se ven perjudicados. Los ahorradores ven cómo su dinero de sus depósitos bancarios pierde valor a medida que los precios suben. Y los prestamistas (acreedores), cuando recuperan su dinero, observan que tiene menos valor que cuando lo prestaron. Solo en aquellos casos en los que los tipos de interés se ajustan a la inflación, se pueden evitar estos perjuicios. Cuando existe riesgo de aumento de inflación, suelen incrementarse los tipos de interés o se pacta en los préstamos un tipo de interés variable.

Los colectivos más débiles o con menor poder de negociación (pensionistas, funcionarios, etc) se ven afectados, generalmente de forma negativa, cuando no logran que sus salarios o pensiones aumenten en la misma proporción que los precios.

Los prestatarios (deudores) se benefician de la inflación, ya que al devolver un préstamo tendrán que pagar, en términos reales, una cantidad menor que la original (siempre y cuando las condiciones de devolución no incorporen los efectos de la inflación).

Los poseedores de bienes patrimoniales (terrenos, viviendas, obras de arte, etc) también se benefician, ya que con la inflación sus bienes se revalorizan. En épocas de fuerte inflación, las inversiones más seguras y rentables suelen ser las de carácter especulativo (joyas, obras de arte, inmuebles, etc.), que actúan como depósito seguro de valor.

Hay 3 tipos de inflación atendiendo a su intensidad:

  • Inflación moderada. Aumento leve de los precios. inferior al 2 ó 3%.
  • Inflación galopante. Subida por encima del 10%. anual.
  • Hiperinflación. Los precios suben más de un 100% en un año. Supone la pérdida del control de los precios y la quiebra del sistema monetario, ya que el dinero apenas tiene valor.
EJEMPLO ESPECTACULAR DEL AUMENTO DE LOS PRECIOS:

Entre enero de 1922 y noviembre de 1923, los precios subieron de 1 a 10.000 millones en Alemania. De modo que, en el otoño de 1923, los trabajadores alemanes iban con maletas a recoger la paga, y en cuanto la recibían, "corrían" a la tienda para comprar todo lo que podían, pues los precios aumentaban de hora en hora, duplicándose cada dos días. En noviembre de 1923, se necesitaban diez mil millones de marcos para adquirir lo que dieciséis meses antes hubiera costado un solo marco; y las prensas de imprimir no podían producir billetes de decenas y centenas o miles de millones cada uno con la rapidez necesaria para evitar la necesidad de llevar grandes bolsas llenas de billetes casi sin valor, pues no representaban más que millones de marcos cada uno.

Extracto de Lancaster, K.: Economía moderna.

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