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miércoles, 28 de diciembre de 2011

SELECCIÓN POEMAS


Dedicado a Asunción
Uno escribe siempre la misma canción
Sobre un niño con cara de viejo
Que se atreve a volar bajo el cielo marrón
Que agoniza detrás del espejo

Uno inventa siempre la misma canción
Del poeta borracho y su musa
Del teclado mellado del acordeón
Del pecado mortal sin excusa

Uno canta siempre la misma canción
Otra noche en el bar de la esquina
Cerca de la estación, donde duerme un vagón
Cuando el tiempo amenaza rutina

Uno rumia siempre la misma canción
Como un perro ladrando a la luna
Con la misma trompeta y el mismo trombón
De mariachi que no hizo fortuna

Uno aprende siempre la vieja Guarania
Que el maestro Flores enseño
Ningún escenario es tierra extraña
Y es un lujo
Volver a Asunción.

Poema: Dedicado a Asunción, Gira “El penúltimo tren” 
Año: 2011 
Letra: Joaquín Sabina

domingo, 18 de diciembre de 2011

MEMORANDUM

MEMORÁNDUM
Uno, llegar e incorporarse el día 
Dos, respirar para subir la cuesta
Tres, no jugarse en una sola apuesta
Cuatro, escapar de la melancolía
Cinco, aprender la nueva geografía
Seis, no quedarse nunca sin la siesta
Siete, el futuro no será una fiesta
Y ocho, no amilanarse todavía
Nueve, vaya a saber quién es el fuerte
Diez, no dejar que la paciencia ceda
Once, cuidarse de la buena suerte
Doce, guardar la última moneda
Trece, no tutearse con la muerte
Catorce, disfrutar mientras se pueda


Mario Benedetti

viernes, 11 de noviembre de 2011

LA GENTE QUE ME GUSTA



Primero que todo
 
Me gusta la gente que vibra,
Que no hay que empujarla, que no hay que decirle que haga las cosas,
Sino que sabe lo que hay que hacer y
Que lo hace….
 

Me gusta la gente con capacidad
Para medir las consecuencias de sus acciones
La gente que no deja las soluciones al azar.

Me gusta la gente justa con su gente y consigo misma,
Pero que no pierda de vista que somos humanos y nos podemos equivocar

Me gusta la gente que piensa que el trabajo en equipo,
Entre amigos, produce más que los caóticos esfuerzos individuales
Me gusta la gente que sabe la importancia de la alegría.

Me gusta la gente sincera y franca,
Capaz de oponerse con argumentos serenos y razonables
A las decisiones de un jefe.

Me gusta la gente de criterio, la que no traga entero,
La que no se avergüenza de reconocer que no sabe algo
O que se equivocó.

Me gusta la gente que al aceptar sus errores,
Se esfuerza genuinamente por no volver a cometerlos.
Me gusta la gente capaz de criticarme
Constructivamente y de frente,
A estos los llamo mis amigos.

Me gusta la gente fiel y persistente,
Que no desfallece cuando de alcanzar objetivos e ideas se trata.
Me gusta la gente que trabaja por resultados
Con gente como esa, me comprometo a lo que sea,
Ya que con haber tenido esa gente a mi lado
Me doy por bien retribuido….

Mario Benedetti

miércoles, 26 de octubre de 2011

SER MEDICO ES FACIL


Poesía que se regala a los licenciados de la facultad de ciencias médicas de La Plata en Buenos Aires. (cada vez que la leo me sigue emocionando).

SONETO:

Me pides muchacho aclare tus dudas
que como fantasmas te acosan y apuran.
Seguro que esperas respuestas maduras.
Que alumbre a giorno, tus sombras oscuras.

Se bien lo que ansías y espero ayudarte
por que esas dudas remosan mi sangre.
ya que fueron mías al recién graduarme.
Algo, poco o mucho, tengo que brindarte.

La ruta es muy larga, casi inalcanzable.
Es siempe exigencias, permanente darse.
Pensar en los otros, comprender, amarles.
Sentir sus dolores, sufrir en su cama.

Ser timón y guía en cada percance
Responsable pleno de sus desenlaces.
Ser hermano, amigo, confesor o padre.
tumba de secretos que jamás violares.

Calmante de angustias, dolores o hambre.
Curioso obsesivo que explora incesante.
El cuerpo, la psiquis, el mundo o el aire.
Sin renuciar nunca a beneficiarle.

Que el fin del balance no puede acusarte.
Que tu meta sea siempre un semejante.
Sin nombre, sin cara, al que te entregaste.
Con toda tu ciencia, tu atención y tu arte.

Recibir por pargo lo que no soñaste.
Los ojos llorosos de una pobre madre.
Que mirando al cielo pretende expresarse.
Y sólo lágrimas tiene para darte.

Ya ves mí muchacho, no te me acobardes.
Vocación ya tienes, completa el bagaje.
Junta valentía, honradez, coraje.
Y verás entonces, ser médico, es fácil

Dr. Antonio Armando Lara

viernes, 21 de octubre de 2011

LA VENGANZA DE DON MENDO

                                AQUÍ OS DEJO FRAGMENTOS DE OTROS TIEMPOS:

MAGDALENA.– ¿Un juego?

MENDO.– Y un juego vil
que no hay que jugarlo a ciegas,
pues juegas cien veces, mil,
y de las mil, ves febril
que o te pasas o no llegas.
Y el no llegar da dolor,
pues indica que mal tasas
y eres del otro deudor.
Mas ¡ay de ti si te pasas!
¡Si te pasas es peor!
MAGDALENA.– ¿Y tú... don Mendo?
MENDO.– ¡Serena
escúchame, Magdalena,
porque no fui yo... no fui!
Fue el maldito cariñena
que se apoderó de mí.
Entre un vaso y otro vaso
el Barón las cartas dio;
yo vi un cinco, y dije «paso»,
el Marqués creyó otro el caso,
pidió carta... y se pasó.
El Barón dijo «plantado»;
el corazón me dio un brinco;
descubrió el naipe tapado
y era un seis, el mío era un cinco;
el Barón había ganado.
Otra y otra vez jugué,
pero nada conseguí,
quince veces me pasé,
y una vez que me planté
volví mi naipe... y perdí.
Ya mi peculio en un brete
al fin me da Vedia un siete;
le pido naipe al de Vedia,
y Vedia me pone una media
sobre el mugriento tapete.
Mas otro siete él tenía
y también naipe pidió...
y negra suerte la mía,
que siete y media cantó
y me ganó en la porfía...
Mil dineros se llevó,
¡por vida de Satanás!
Y más tarde... ¡qué sé yo!
de boquilla se jugó,
y se ganó diez mil más.
¿Te haces cargo, di, amor mío?
¿Te haces cargo de mis males?
¿Ves ya por qué no sonrío?
¿Comprendes por qué este río
brota de mis lagrimales? (Se seca una lágrima
Yo mal  no quedo, ¡no quedo!
¡Quién diga que yo un borrón
eché a mi grey que alce el dedo!...
Y como pagar no puedo
los dineros al Barón,
para acabar de sufrir
he decidido... partir
a otras tierras, a otro abrigo.
……………………………

MAGDALENA.– ¡Tú tienes mi honor, don Mendo!

MENDO.– Pues ten en mi espada fe.
Y de ese honor al conjuro,
juro que morir prefiero
a delatarte, lo juro
por mi fe de caballero (Se van por la izquierda doña Ramírez y Magdalena. Pausa. Don Mendo desenvaina su espada y
se emboza.)
¡Por vida!... Si hay que luchar
y luchar habrá, si hay quien luche
puede estorbarme el estuche...
el estuche del collar. (Arroja el estuche al suelo y se cuelga el collar del brazo.) (Por el fondo, y también embozado,
entra don Pero, por una de las ventanas, y se detiene al ver a don Mendo.)
¿Quién se acerca inoportuno?
…………………………………………………………..
MENDO.– Nadie iguala
mi destreza en el trepar
para una torre invadir.
Excusaos de preguntar:
yo la eché para bajar,
no la usé para subir.
Por las grietas del torreón
trepé cual raposa,
que eso en mí, Conde, no es cosa
que llame ya la atención;
pero como en el descenso
suele más peligro haber,
y yo cuando subo, pienso
que tengo que descender,
llevo siempre a previsión
una escala de garduño,
y esa es la escala, don Nuño,
que pende del torreón.
…………………………………………
NUÑO.– (Desenvainando la espada.)
¿Que lo perdonas? ¿Qué es esto? (Sensación. Pausa. Don Pero se levanta y le mira con altivez.)
Poco a poco, Magdalena;
tú eres mujer y eres buena
y perdonas; pero yo,
a quien la calumnia oyó
como canto de sirena,
y la creyó y difundió
y me ofendió y ultrajó
y mi honor pisoteó,
no he de perdonarle. ¡Oh!
MENDO.- Huiré, sí; pero yo juro
que nadie sabrá de mí;
que don Mendo queda aquí
sepultado en este muro.
Yo ya no soy el que era;
he muerto, y el que ha nacido
ni es don Mendo ni lo ha sido,
ni volverlo a ser quisiera.
Soy un ente, una quimera;
soy un jirón, una sombra;
alguien sin patria y sin nombre
que de ser hombre se asombra.
Cual una nota perdida
con la ceniza en la frente,
naufragaré en el torrente
proceloso de la vida.
¿De qué viviré?... ¿Qué haré?
¿Dónde al cabo moriré?...
¿Aquí o allá?... ¿Qué más da?
¿Seré malo?... ¡Qui lo sa!
Malo o bueno, par vos
será mi postrimer hálito.
Acabemos. Venga el hábito. (Lo toma.)
Ahí va mi anillo, y adiós.
Link del poema completo (PDF): http://www.juntadeandalucia.es/averroes/~04700442a/Mendo.pdf

miércoles, 19 de octubre de 2011

La juerza d’un queré

El miajón de los castúos es un himno dedicado a exaltar las jazañas extremeñas y a dar identidad actual a una región que dio hombres importantes en el pasado, que "triunfaron en América" y:

conquistaron pa los reyes de su Patria
los Peruses y los Méjicos;
y llenaron de pinturas sus iglesias,
y palraron su sentir en los Congresos

Luis Chamizo Triguero

La obra de Chamizo se reduce, en esencia, a tres títulos: El Miajón de los castúos, publicado en 1921, será su libro definitivo; una obra de teatro, Las brujas, estrenada en 1930, y una colección de poesías de intención unitaria (pero escritas en diferente época), Extremadura, publicada en 1942, que son una continuación del tono de El Miajón…. En estos títulos desarrolla su particular relectura de los temas y tonos del regionalismo: la visión nostálgica de un pasado armonioso, la felicidad de la vida rural (en una métrica de formas muy libres, en ocasiones cercanas a la silva, en otras, a las coplas de tradición popular)…

El miajón de los castúos está compuesto por doce poemas épicos regionalistas y fué publicado en el año 1.921 por el autor Luis Chamizo cuando este contaba 27 años de edad.

La juerza d’un queré
I

Jue´n la joya de las Torbiscas una siesta,
cuando´l sol achicharraba;
una sieta qu´entumía los sentios
el bochorno de la calda;
sin arrullos de las tórtolas
ni continos sonsonetes de chicharras,
sin triníos de cogutas
y sin roncos gurrapeos de las ranas;
una siesta pa dormía baj´un chopo,
paz´arriba, junt´al agua.

Tan siquiera
los oidos barruntaban,
con la zumba de los negros moscardones
y las negras telarañas,
chorrear los goterones derretios
de la pringue de las jaras.

En un claro de la joya las Torbiscas
está Blas, el de la Juana,
mesmamente, de cluquillas, currucao
al sombrajo d´unas matas,
con la boca mu abierta
y los ojos encendios como brasas.

Junt´a Blas están, cansinos y moörros,
los borregos que le jorman la piara,
y a la vera los borregos, dos mastines
con dos bocas que se páecen a dos fraguas
po su recio resoplá como los fuelles
y sus lenguas colorás como las llamas.

Blas recorta con cudiao
los canutos d´una caña,
porque Blas quiere jacé con los canutos
una flauta,
pa de noche, con la luna,
dir a dá su serenata
junt´al chozo donde duerme
Rosarillo, la zagala;
una moza con los ojos más oscuros
qu´una noche de borrasca,
más alegre que la risa
d´un regacho d´agua clara
y más güena que la Virgen de las Cruces,
la patrona de las fiestas de la Raza.

II

Naide acude de las sierras de l´umbria,
naide viene a socorrer a la zagala;
ya la probe, ni gañir pué tan siquiera
y s´ajoga bajo´l sol que l´achicharra.

Algo asín como la vida que viniera
po los aires con el toque d´una flauta;
algo asín como la lumbre d´un relampago
qu´en la noche las negruras esgarrara
luminando las majás a los perdíos
en metá de la montaña,
jue la música de Blas pa la chiquilla
tan a punto que la loba l´alcanzaba.

D´un tirón saltó una peña;
y, al roar por la barranca,
dio un chillio; dio´l chillio de las tórtolas
bajo´l vuelo de las águilas;
un chillio qu´en la joya las Torbiscas
resonó com´l clarín d´una batalla.

Blas sintió qu´aquel chillio
l´esgarraba las entrañas,
y notó que de sus deos s´escurrían
poco a poco los canutos de su flauta.

Blas la vido, Blas la vido como loca
revolcase entre las zarzas,
y era ella, ¡era ella!,
Rosarillo, la zagala,
la que Blas tanto queria dende nuevo
sin icirle una palabra.

Lo mesmito qu´un jabato corralao
po los perros, entre medio de las jaras;
lo mesmito que la trompa d´un torrente
corre blas pa la barranca
donde viene ya la loba
con el jopo entre las patas.

Blas miró pa Rosarillo, de reojo,
y tiró por la navaja,
y se jue com´un alano pa la loba
qu´en un risco l´aguardaba.

Reguñendo como perros ajotaos
dieron güertas al reó de la retama,
y endispués de cada güerta
s´encogían, s´aplastaban,
se miraban con los ojos encendios
como puntas de carbuncos jechos ascuas.

Eran dos lobos iguales en la juerza;
eran dos juerzas iguales en la rabia.
A la par s´abalanzaron dambos juntos,
s´estrujaron, s´enrearon con tal gana,
qu´escupíos, y mordíos y abrazaos
se jundieron entre medio d´unas zarzas.

Sólo Dios que dende arriba ve las cosas
que suceden en las sierras solitarias,
sólo Dios vido la riña cuerpo a cuerpo,
sólo Dios vido la lucha tan extraña
de la juerza de la rabia d´una loba
con la juerza del queré d´una zagala.

Ya no hay mieo, ya no hay mieo, la he matao,
dijo Blas cuando salió d´entre las zarzas,
esgarraos los carzones,
jecha cisco la zamarra,
jecho un charco po la sangre
que del pecho y la caëza le manaba.
ya no hay mieo, ya no hay mieo de la loba
la maté con mi navaja.

Ella vino despacito, sollozando,
s´arrimó sin dá la cara;
con la punta del mandil, jecho jirones,
premcipió a secá sus lágrimas.

Eres juerte dijo entonces Rosarillo -.
¡Gracias!, ¡gracias!:
eres juerte y eres güeno
como el Cristo de las Aguas.

Con la juerza d´un queré jondo, nu jondo,
que s´ajoga dentro´l alma,
Rosarillo de repente, le dió un beso,
el primero qu´ella daba,
que tamién a Blas quería dende nueva
sin icirle una palabra.

Blas reía, se reía lleno e sangre
con la risa d´un regacho d´agua clara.

III

En las noches del verano,
en las durces noches claras,
cuando tiemblan las estrellas
entre medio d´una luna´zul y branca,
y s´escuchan a lo lejos los cantares
de los grillos y las ranas,
algo asín com´un jilguero
qu´en la joya las Torbiscas canturrara,
algo asín como los trinos d´una mirla
que dijera sus quereles junt´l agua,
se barrunta dende arriba de las sierras,
entre medio de los brezos y las jaras.

Es que Blas junt´a la choza donde duerme
Rosarillo, la zagala,
toca siempre, toás las noches,
los canutos de su flauta,
porque ice que se sueña su Rosario
toás las noches con la loba de la rabia,
y se duerme mu tranquila, poco a poco,
con el son d´aquella flauta;
y dormía se le rie, se le rie
con la risa d´un regacho d´agua clara.

lunes, 10 de octubre de 2011

IF


Si puedes conservar la cabeza cuando a tu alrededor
todos la pierden y te echan la culpa;
si puedes confiar en ti mismo cuando los demás dudan de ti,
pero al mismo tiempo tienes en cuenta su duda;
si puedes esperar y no cansarte de la espera,
o siendo engañado por los que te rodean, no pagar con mentiras,
o siendo odiado no dar cabida al odio,
y no obstante no parecer demasiado bueno, ni hablar con demasiada sabiduría…

Si puedes soñar y no dejar que los sueños te dominen;
si puedes pensar y no hacer de los pensamientos tu objetivo;
si puedes encontrarte con el triunfo y el fracaso
y tratar a estos dos impostores de la misma manera;
si puedes soportar oír la verdad que has dicho:
tergiversada por bribones para hacer una trampa para los necios,
o contemplar destrozadas las cosas a las que habías dedicado tu vida
y agacharte y reconstruirlas con las herramientas desgastadas…

Si puedes hacer un hato con todos tus triunfos
y arriesgarlo todo de una vez a una sola carta,
y perder, y comenzar de nuevo por el principio
y no dejar de escapar nunca una palabra sobre tu pérdida;
y si puedes obligar a tu corazón, a tus nervios y a tus músculos
a servirte en tu camino mucho después de que hayan perdido su fuerza,
excepto la voluntad que les dice ¡continuad!

Si puedes hablar con la multitud y perseverar en la virtud
o caminar entre reyes y no cambiar tu manera de ser;
si ni los enemigos ni los buenos amigos pueden dañarte,
si todos los hombres cuentan contigo pero ninguno demasiado;
si puedes emplear el inexorable minuto
recorriendo una distancia que valga los sesenta segundos
tuya es la Tierra y todo lo que hay en ella,
y lo que es más, serás un hombre, hijo mío.



Rudyard Kipling