Los que nos gobiernas,(que no tienen porque ser los políticos que votamos), han estudiado muy bien el modelo social, para poder poner su propio modelo, a la medida del capitalismo.
La reforma laboral del PP en un primer análisis tiende a reforzar los privilegios de los que tienen más poder (los empresarios) y neutralizar a la ciudadanía por la vía de la despolitización. Para llevar a cabo la reforma es necesario presentar las políticas como necesarias y afirmar la ausencia de alternativa. Si repites continuamente que no hay alternativa que no hay remedio, eso va creando una idea generalizada que se va posando en el tejido social, hasta llegar a convencerse que no hay otra alternativa. El objetivo no es, por tanto, obtener resultados a corto plazo sino la construcción de una nueva sociedad más desregulada, con salarios más bajos, con menos derechos para los ciudadanos, con el Estado debilitado y con la mayoría de los servicios privatizados. Esta interpretación da por asumido que los gobernantes tienen una idea estratégica, inconfesable, pero clara y definida.
Nuestros políticos acaban de implantar una nueva reforma laboral, siguiendo las directrices marcadas por los alemanes, que se han encargado de airear, le llaman el milagro alemán, que no es otra, que la elección entre paro o trabajo precario e inseguro. La idea es que el trabajo tiene que ser más barato y más flexible, desregularizando el mercado laboral.
Este es el discurso internacional, cualquier patronal está dispuesto a lanzar este discurso. Esto ocasiona más trabajo, mal protegido, mal pagado, y de mala calidad, aumentando las horas y bajando los sueldos.
La crisis, no sólo es una crisis económica, es política moral y cultural. Pero no se abre un debate que se aleje de las directrices de la idea general de los estados, mientras hay un resignado silencio del ciudadano, que a veces se rompe por indignaciones esporádicas que se agotan con el tiempo y no se fortalece con la continuidad. La democracia estará en peligro, si se instauran políticas que van en contra del pueblo que es el máximo exponente de la democracia y el que tiene la última palabra. Europa ha tenido un modelo de bienestar que era admirado universalmente y que ahora se pretende destruir o disminuir el papel de Europa en el mundo.
El Ogro
"Los griegos fueron grandes artistas: la democracia fue la obra maestra de su arte, la más arriesgada e inverosímil, la más discutida. El invento de que cada cual tiene derecho en la comunidad a que nadie viva por él, a acertar o engañarse por sí mismo, a ser responsable —aunque sea en una mínima parte— de los éxitos y los desastres que le conciernen. Este sistema no garantiza más aciertos que los habituales cuando manda uno sólo o unos pocos; ni tampoco mejores leyes, ni mayor honradez pública, ni siquiera más prosperidad. Lo único garantizado es que habrá más conflictos y menos tranquilidad (suele decirse que «tranquilidad» viene de tranca: los despotismos y las tiranías no dejan moverse ni a una mosca). Pero el griego prefería discutir con sus iguales que someterse a los amos; prefería hacer disparates elegidos por él que disfrutar de aciertos impuestos por otro; quería inventar las leyes de su ciudad y poder cambiarlas si no funcionaban bien, en vez de someterse a los mandamientos inapelables, fueran naturales o divinos. Eran raros y originales, aquellos griegos: pero muy valientes."Política para Amador - Savater, Fernando.
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