Mucho se ha escrito sobre la hormona melatonia, a veces la tratan como si fuera la panacea del ser humano y ha habido muchos abusos en su utilización sobre todo en Estados Unidos. La glándula que la genera es la pineal, se llama pineal justamente por su similitud con una piña, es una glándula que forma parte del epitálamo, de forma ovoidea aplanada está más o menos en medio de nuestro cerebro en nuestras cabezas.
El interior de la Glándula Pineal contine agua, así es, agua, pero lo más interesante es que aquí mismo se concentra la mayor cantidad de fluoruro que en cualquier otra parte del cuerpo, y el agua de dentro de la glándula se calcifica con la edad, originando en su crecimiento y desplazamiento hacia un lado tumores cerebrales.
La Glándula Pineal para los antiguos era nuestra antena, nuestro dispositivo natural para conectar con otras dimensiones, para algunos es hasta hoy considerado como el tercer ojo, aquel que vé mas allá de todo lo evidente, incluso el futuro en aquel arte conocido como la clarividencia.
Hasta hace poco se la consideraba un residuo procedente de fases anteriores de nuestra evolución, un vestigio sin utilidades importantes en nuestra actual fase evolutiva. Sin embargo, los últimos descubrimientos científicos, unidos al cada día más popular asunto de lo ultradimensional, la han puesto de moda.
Hoy sabemos que su misión biológica es la secreción interna de melatonina, hormona cuya cantidad disminuye con la edad y que está relacionada con la regulación de los ciclos de vigilia y sueño (ritmos circadianos) y con los procesos de la pubertad, además de ser un poderoso antioxidante y participante en la apoptosis de células cancerosas en el timo.
Es una glándula fotosensible, es decir, responde a las variaciones de luz que se dan a nuestro alrededor. De esta manera, se activa en la oscuridad para segregar melatonina, la cual nos induce a un estado de calma e introspección.
De todos es sabido que la circulación de hormonas por nuestro organismo provoca una serie de emociones y sensaciones concretas. Las sustancias endorfinas segregadas por la glándula pineal nos ayudan a entrar en un estado de conciencia más íntimo provocado por la sensación de tranquilidad que aporta la melatonina.
La melatonina es un poderoso antioxidante que actúa, por tanto, protegiendo las células y los tejidos frente al daño causado por radicales reactivos. También se la denominada: Hormona de la luz y la sombra. Hormona de la juventud. Hormona maestra.
Esta segregación de endorfinas permite disminuir y relajar los sentidos, lo que se refleja en el cuerpo mediante una reducción del glucógeno en la sangre, induciéndonos al sueño y llevándonos a un estado de duermevela. Al ser éste un estado en el que la actividad cerebral está bajo mínimos, reduce las interferencias del mundo externo y la concentración sobre uno mismo es superior. Esto, a nivel práctico, nos permite distanciarnos de los problemas y observarlos con una nueva perspectiva, por lo que la mayoría de nosotros lo aprovechamos para reflexionar y repasar los acontecimientos cotidianos, encontrando a veces respuestas y soluciones que sin esa calma y concentración nos resultarían difíciles de intuir.
Más allá de su capacidad fotosensible, los últimos estudios científicos insisten en que la glándula pineal es también un magnetorreceptor, es decir, resulta sensible a los campos magnéticos y transforma sus ondas en estímulos neuroquímicos.
La melatonina es sintetizada en los ciclos de oscuridad a partir del neurotransmisor serotonina, el cual a su vez es sintetizado durante los ciclos de luz, a partir del aminoácido triptófano. Se produce principalmente, en la glándula pineal, pero también en menor proporción en la retina de los ojos, y participa en una gran diversidad de procesos celulares, neuroendocrinos y neurofisiológicos.
La melatonina es producida
principalmente cuando el organismo deja de percibir energía luminosa. Es
sintetizada 10 veces más en la noche que en el día.
La melatonina, además,
dirige el cronómetro de las diferentes etapas de la vida de los humanos.
Es la hormona responsable de la aparición de la pubertad, de la edad madura, y
de la vejez. Lo niveles de producción de melatonina son la clave que le indican
a todos los demás tejidos y órganos, cuánto tiempo deben de permanecer con
vitalidad y juventud y cuando deben comenzar a envejecer, de tal manera que la
glándula pineal funciona como un reloj que marca las horas de la niñez, la
adolescencia, la juventud, la madurez, y la senectud.
Esta segregación de endorfinas permite disminuir y relajar los sentidos, lo que se refleja en el cuerpo mediante una reducción del glucógeno en la sangre, induciéndonos al sueño y llevándonos a un estado de duermevela. Al ser éste un estado en el que la actividad cerebral está bajo mínimos, reduce las interferencias del mundo externo y la concentración sobre uno mismo es superior. Esto, a nivel práctico, nos permite distanciarnos de los problemas y observarlos con una nueva perspectiva, por lo que la mayoría de nosotros lo aprovechamos para reflexionar y repasar los acontecimientos cotidianos, encontrando a veces respuestas y soluciones que sin esa calma y concentración nos resultarían difíciles de intuir.
Más allá de su capacidad fotosensible, los últimos estudios científicos insisten en que la glándula pineal es también un magnetorreceptor, es decir, resulta sensible a los campos magnéticos y transforma sus ondas en estímulos neuroquímicos.
Se ha encontrado también que la melatonina tiene notables propiedades antioxidantes, y que protege los lípidos de las membranas celulares de la acción de los radicales libres, y evita el desgaste de la poderosa enzima antioxidante superóxido dismutasa, hecho que contribuye a evitar el daño al código genético ocasionado por diversos agentes mutagénicos, disminuyendo y frenando el proceso de envejecimiento, así como la producción y proliferación de células cancerosas. También se ha observado que la melatonina ejerce un efecto directo sobre la glándula tiroides mejorando el consumo de oxigeno por medio de las mitocondrias celulares, normalizando también a su vez los niveles de colesterol en sangre.
Fortalece y potencializa la acción del sistema inmunológico. Por la serie de acciones relatadas, en especial por su acción antioxidante y por su efecto regenerador sobre la glándula timo, evita y en ocasiones cura el cáncer como lo han mostrado diversos estudios científicos. Al regenerar el timo (glándula endocrina que controla el sistema defensivo), la melatonina fortalece el sistema inmunológico, y estimula la producción de leucocitos y de linfocitos-T.
Si las concentraciones de melatonina se mantienen adecuadas, se evita el encanecimiento prematuro del cabello y otros síntomas y marcadores del envejecimiento como las manchas seniles, producidas por la peroxidación lipídica y la concentración de lipofuscina.
EL VOLUMEN DE MELATONINA DETERMINA LAS ETAPAS DE LA VIDA
A los 6 años, la producción de melatonina llega a sus niveles máximos, a partir de los 7 años de edad la actividad de la glándula pineal empieza a declinar y su producción de melatonina a descender. A los 16 años de edad se produce la primera bajada brusca de melatonina, indicando al organismo que es tiempo de iniciar la pubertad, este declive es acentuado entre los 40 y los 45 años, momento en que la síntesis de melatonina se reduce a la mitad, acelerando el declive corporal y las manifestaciones del envejecimiento, a los 80 anos, sus niveles llegan apenas al 20 por ciento, indicándole al cuerpo que es hora de entrar en la fase de la decrepitud. De esta manera, los destinos niveles de melatonina a diferentes edades, marcan y dirigen las diferentes etapas de la vida, con las distintas consecuencias que todos conocemos.
Esta segregación de endorfinas permite disminuir y relajar los sentidos, lo que se refleja en el cuerpo mediante una reducción del glucógeno en la sangre, induciéndonos al sueño y llevándonos a un estado de duermevela. Al ser éste un estado en el que la actividad cerebral está bajo mínimos, reduce las interferencias del mundo externo y la concentración sobre uno mismo es superior. Esto, a nivel práctico, nos permite distanciarnos de los problemas y observarlos con una nueva perspectiva, por lo que la mayoría de nosotros lo aprovechamos para reflexionar y repasar los acontecimientos cotidianos, encontrando a veces respuestas y soluciones que sin esa calma y concentración nos resultarían difíciles de intuir.
Más allá de su capacidad fotosensible, los últimos estudios científicos insisten en que la glándula pineal es también un magnetorreceptor, es decir, resulta sensible a los campos magnéticos y transforma sus ondas en estímulos neuroquímicos.
Se ha encontrado también que la melatonina tiene notables propiedades antioxidantes, y que protege los lípidos de las membranas celulares de la acción de los radicales libres, y evita el desgaste de la poderosa enzima antioxidante superóxido dismutasa, hecho que contribuye a evitar el daño al código genético ocasionado por diversos agentes mutagénicos, disminuyendo y frenando el proceso de envejecimiento, así como la producción y proliferación de células cancerosas. También se ha observado que la melatonina ejerce un efecto directo sobre la glándula tiroides mejorando el consumo de oxigeno por medio de las mitocondrias celulares, normalizando también a su vez los niveles de colesterol en sangre.
Fortalece y potencializa la acción del sistema inmunológico. Por la serie de acciones relatadas, en especial por su acción antioxidante y por su efecto regenerador sobre la glándula timo, evita y en ocasiones cura el cáncer como lo han mostrado diversos estudios científicos. Al regenerar el timo (glándula endocrina que controla el sistema defensivo), la melatonina fortalece el sistema inmunológico, y estimula la producción de leucocitos y de linfocitos-T.
Si las concentraciones de melatonina se mantienen adecuadas, se evita el encanecimiento prematuro del cabello y otros síntomas y marcadores del envejecimiento como las manchas seniles, producidas por la peroxidación lipídica y la concentración de lipofuscina.
EL VOLUMEN DE MELATONINA DETERMINA LAS ETAPAS DE LA VIDA
A los 6 años, la producción de melatonina llega a sus niveles máximos, a partir de los 7 años de edad la actividad de la glándula pineal empieza a declinar y su producción de melatonina a descender. A los 16 años de edad se produce la primera bajada brusca de melatonina, indicando al organismo que es tiempo de iniciar la pubertad, este declive es acentuado entre los 40 y los 45 años, momento en que la síntesis de melatonina se reduce a la mitad, acelerando el declive corporal y las manifestaciones del envejecimiento, a los 80 anos, sus niveles llegan apenas al 20 por ciento, indicándole al cuerpo que es hora de entrar en la fase de la decrepitud. De esta manera, los destinos niveles de melatonina a diferentes edades, marcan y dirigen las diferentes etapas de la vida, con las distintas consecuencias que todos conocemos.
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